¡Hola a todos! Unos posts atrás dije que os hablaría próximamente de este pueblo, y aquí está el post. Este pueblo se llama Hưng Yên, y está relativamente cerca de Hanoi, a unas 2 horas en autobús.
Aunque en realidad, Hung Yen es una provincia de Vietnam, y la parte noroeste de ésta se encuentra directamente con la parte sureste de Hanoi, pasado el Río Rojo. Esta provincia ha sido habitada desde hace milenios, y ha tenido otros nombres, además de haber sufrido varios cambios en su extensión, antes de quedar como está ahora hace sólo unas pocas décadas.
Es un pueblo rural, que se sustenta principalmente de la agricultura y que, como el resto del país, está creciendo rápidamente. Pero también en otros sectores. En todo caso, visitar el pueblo es siempre una experiencia diferente, y visitar sus infinitos campos de arroz es una vivencia inolvidable.
Ahora hace tiempo que no paso por allí, pero el día que vaya sin duda voy a encontrar de nuevo el olor del arroz quemado, los niños que juegan descalzos en la pequeña plaza pública, que es básicamente un área vacía en la que se suelen reunir los grupos de adultos a jugar a bádminton, el deporte nacional por excelencia (aunque lo que de verdad les apasiona, como en casi todo el mundo, es... obviamente, el fútbol). Allí no hay supermercados, ni grandes superficies, ni siquiera marcas. Las tiendas son como casas particulares pero se distinguen por tener un pequeño mostrador de cristal afuera, con productos, o con tener productos a la vista, se trata de tiendas familiares.
Espero que os haya llamado la atención este pueblo que, a pesar de no ser un pueblo rico en recursos, sí lo es en simpatía y pureza. ¡Que tengáis una buena semana!
Aunque en realidad, Hung Yen es una provincia de Vietnam, y la parte noroeste de ésta se encuentra directamente con la parte sureste de Hanoi, pasado el Río Rojo. Esta provincia ha sido habitada desde hace milenios, y ha tenido otros nombres, además de haber sufrido varios cambios en su extensión, antes de quedar como está ahora hace sólo unas pocas décadas.
Ahora hace tiempo que no paso por allí, pero el día que vaya sin duda voy a encontrar de nuevo el olor del arroz quemado, los niños que juegan descalzos en la pequeña plaza pública, que es básicamente un área vacía en la que se suelen reunir los grupos de adultos a jugar a bádminton, el deporte nacional por excelencia (aunque lo que de verdad les apasiona, como en casi todo el mundo, es... obviamente, el fútbol). Allí no hay supermercados, ni grandes superficies, ni siquiera marcas. Las tiendas son como casas particulares pero se distinguen por tener un pequeño mostrador de cristal afuera, con productos, o con tener productos a la vista, se trata de tiendas familiares.
Espero que os haya llamado la atención este pueblo que, a pesar de no ser un pueblo rico en recursos, sí lo es en simpatía y pureza. ¡Que tengáis una buena semana!
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